Maldigo
los gatos, ellos viven en la suya, nunca se comprometen. A veces creo que yo
soy un gato, o que ya lo fui en un tiempo inmemorial, o que algo de gatos
tenemos todos. Pero ese gato… es gato juega gato caro, gato que sabe lo que
quiere, es muy costosa, ella cree que … es la diosa más importante de este
teatro. Pero ella no lo sabe, y su cuerpo se enmudece en tanta flaqueza, es
linda y anormal. Porque no abundan sus figuras en la calle, ni en ningún lugar.
Muñeca de colección, cara, muy cara. Como toda felina seduce con su caminar
nomás. Hace gestos raros, extravagantes y muy sugerentes con movimientos muy
muy devanadeamente lentos. Muy lento es su actuar, porque ella goza con todo lo
que la haga gozar y su imaginación es abundante. Sobra en imaginar, sabe hacer
con su cuerpo que sufre de anorexia un monumento a la seducción. Ella juega
todo el tiempo. Pero tiene claro lo que quiere. Quiere buen sexo y mucho
dinero. Ser gata fina, y no un yiro barato. Siempre luce perfecta, hace de su
cuerpo un culto satánico. Con la crus invertida. Es luminosa y oscura. Tan
ángel del demonio. Sabe sugerir, y decir una cosa cuando en realidad siente
otra. Y mas de las veces, siempre está incómda, porque a ella hay que
satisfacerla siempre, y siempre hay que enamorarla, comprarle flores y
perfumes, llevarla en auto a un buen hotel que te sale un huevo de la cara. Y a
su ves es tonta, muy tonta. Es rubia. Teñida. Qué va a ser. Pero es un gato que
nunca va a dejar de ser gato. A ella no le gustan otros calificativos que anden
diciendo por allí la gente.
Y la
verdad sé que yo no la voy a seducir. Pero me busca. Sobre todo cuando está
aburrida. Con otro se va a la cama y no lo duda, pero ese, afortunado, en el
mejor de los sentidos, muy a fortunado debe contribuir en algo, debe hacerle lo
mejor a la reina de la noche, debe contribuir a sus cuentas, a sus deseos
materiales, quiere el lugar más caro, y que te acuerdes de mí porque todo lo
que te hice gastar te va a ser recordar lo puta y cara que fui, que mejor te
hubieses hecha una paja, porque el sucio del colectivero coge mejor que vos.
Pero
ella llega como reina a todos lados, a veces sabe que incomoda a las
putrefactas envidiosas de su trabajo. La ven llegar y se arma un remolino de
chusmeríos, ahí viene la gata, mirá cómo se vino.
Le
gusta molestar, es caprichosa muy caprichosa. En el fondo esa sed de que todo
el tiempo le den lo que ella quiere la insatisfice aún más… ero como sabe que
con su cuerpo olímpico siempre tiene las de ganar.
Ganar
tormentas que lleva en la cartera. Una brillante, como el oro.
Ella
atiende a su cuerpo que siempre, y más con el pasar del tiempo, le pide más y
más. Le pide desde lo más absurdo producto de belleza instantánea y duradera.
En el
fondo quiere un novio rico. Un novio que la haga superar su estatus. Se cansó
de trabajar, o quiere su trabajo como pantalla o como otro capricho, o por
tener más de un estatus.
Que
paguen ella, como pagaron por ella sus padres, que pagaron hasta lo último
abasteciendo a esta señora gata. Haciéndola más infeliz que infeliz, pero ese
es otro tema.
En
seguida te manda a cagar, porque ella es insegura en el fondo. Es lo que ella
quiere y punto, en el momento instantáneo. Pero es muy astuta, territorial, y
ácida.
Nunca
pierde el tiempo en dar explicaciones. Ella hace lo quequiere porque se le da
la gana. Le gusta fanfarronear sutilmente en frente de otra. Le gusta a veces
ser muy yegua en lo que va a contar para que se les remuerdan los intestinos a
sus “amigas”. º
napoleón
º
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