Variedad lingüística
Una variedad o variante lingüística es
una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los
hablantes de un mismo idioma. Las variedades pueden ser distinguidas, además de
por su vocabulario, por diferencias en su gramática, fonología y prosodia.
Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía, la
evolución lingüística, los factores sociales o a la situación de uso.
Tipología de variedades lingüísticas
•Variedades
geográficas. Los cambios de este tipo pertenecen a la variación
diatópica y consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma
lengua debidas a la distancia geográfica que separa a los hablantes. Así, por
ejemplo, en España le dicen cerillas al objeto que en América se denomina
fósforos.
A estos cambios de tipo geográfico se
les llama dialectos (o más propiamente geolectos) y, a su estudio,
dialectología. Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido
negativo, pues, erróneamente, ha sido común llamar dialecto a lenguas que
supuestamente son “simples” o “primitivas”. Hay que tener presente, ante todo,
que todas las lenguas del mundo, desde el punto de vista gramatical, se
encuentran en igualdad de condiciones y ninguna es más evolucionada que otra.
Por eso, es ilógico afirmar que una lengua es mejor que otra.
Los dialectos son, entonces, la forma
particular con la que una comunidad habla una determinada lengua. Desde este
punto de vista se suele hablar del inglés británico, del inglés australiano,
etc. Sin embargo, hay que tener presente que los dialectos no presentan límites
geográficos precisos, sino que, al contrario, se ha visto que estos son
borrosos y graduales. De ahí que se considere que los dialectos que constituyen
una lengua forman un continuum sin límites precisos. Muchos suelen decir que
una lengua es un conjunto de dialectos cuyos hablantes pueden entenderse entre
sí. Sin embargo, esto puede ser aproximadamente válido para el español, no
parece serlo para el alemán, ya que hay dialectos de esta lengua que son
ininteligibles entre sí. Por otro lado, estamos acostumbrados a hablar de
lenguas escandinavas, cuando, en realidad, un hablante sueco y uno danés se
pueden entender usando cada uno su propia lengua.
En lo que respecta al español,
tradicionalmente se ha considerado que existen dos variedades generales: el
español de España y el español de América.
•Variedades
sociales o diastráticas. Este tipo de variaciones comprenden todos los
cambios del lenguaje producidos por el ambiente en que se desenvuelve el
hablante. Dentro de este ámbito, interesa sobre todo el estudio de los
sociolectos, los cuales se deben a factores como la clase social, la educación,
la profesión, la edad, la procedencia étnica, etc. En ciertos países donde
existe una jerarquía social muy clara, el sociolecto de la persona es lo que
define a qué clase social pertenece. Ello supone, por supuesto, una barrera
para la integración social.
•Variedades
situacionales. Conocidas también como variaciones diafásicas, este tipo
de variantes involucra cambios en el lenguaje a partir de la situación en que
se encuentra el hablante. Como se sabe, no hablamos igual en una fiesta de
amigos que en una actividad religiosa. Desde este punto de vista, lo que provoca
el cambio es el grado de formalidad de las circunstancias. El grado de
formalidad se entiende como la estricta observancia de las reglas, normas y
costumbres en la comunicación lingüística.
Tomando en consideración este factor,
los especialistas hablan de la existencia de diversos registros o estilos. De
este modo, los enunciados “A los que estaban allí les entró risa cuando oyeron
lo que les dijo el que hablaba” y “Las palabras emitidas por el conferenciante
suscitaron la hilaridad del auditorio” difieren en su registro. Los hablantes,
al momento de expresarse, deben elegir un registro adecuado a la circunstancia
en que se encuentra.
No existe acuerdo en cuanto a cuántos y
cuáles tipos de registros existen. Por lo general, se distinguen los
siguientes: solemne, culto o formal, estándar, profesional, coloquial, vulgar y
jergal.
En muchas regiones de América, el uso de
los pronombres vos y usted se encuentra dentro de este tipo de variación, pues
el primero se utiliza en contextos informales, mientras que el segundo se usa
en situaciones formales. Así, todos somos susceptibles de ser interpelados con
vos o con usted dependiendo del evento en que nos encontremos.
Los vulgarismos e idiotismos son a veces
considerados como formas de estilo, al estar limitados a variaciones de léxico,
mientras que los argots pueden ser incluidos tanto en el concepto de variedad
como de estilo.
Los elementos de la situación comunicativa que determinan la aparición de esta variedad, son los siguientes:
Canal
Es el medio en el que se desarrolla la conversación, que puede ser tanto oral como escrita. Los intercambios comunicativos orales se asocian más frecuentemente a registros informales, mientras que la comunicación escrita suele adoptar un tono más formal.
Tema
Normalmente, se relacionan los temas más generales con un registro del idioma estándar. Por el contrario, entendemos que, cuanto más específico es el tema del que se habla, es más posible que aparezcan registros especializados en la conversación. Cuando dos especialistas hablan de meteorología, es normal que se utilicen términos propios de esta ciencia. Pero cuando hablamos del tiempo que hace con nuestro vecino, por el contrario, utilizamos un lenguaje mucho más común.
Propósito o intención comunicativa del emisor
Sabemos que el lenguaje nos permite realizar actividades muy distintas: informar, opinar, explicar, expresar sentimientos, crear ambientes de cordialidad o de hostilidad, etcétera. La intención que rige la emisión del mensaje influye de forma notoria en que, a lo largo de la misma, se desarrolle un registro u otro. Si alguien empieza a hablar utilizando un registro coloquial, por ejemplo, contribuirá a que se forme un clima distendido, en el que su interlocutor o interlocutores se sientan cómodos y dispuestos a intervenir en la conversación. En cambio, si alguien se dirige a otra persona utilizando un lenguaje marcadamente formal, probablemente la otra parte no se sienta tan impulsada a dar su opinión, y no se sienta tan relajada.
Relación emisor-receptor
Esta es, sin la menor duda, la condición que más condiciona la utilización de un registro u otro. Los usos conversacionales resultan adecuados cuando tratamos con personas con las que mantenemos una relación cercana, de igualdad. Por ejemplo: con amigos, con familiares, con compañeros de clase, etcétera. Pero, cuando nos encontramos en una situación de inferioridad jerárquica, bien sea por razones de edad o de situación profesional, emplearemos, casi con total seguridad, un registro más formal, tratando de mostrar nuestro respeto y cortesía por la otra persona.
Canal
Es el medio en el que se desarrolla la conversación, que puede ser tanto oral como escrita. Los intercambios comunicativos orales se asocian más frecuentemente a registros informales, mientras que la comunicación escrita suele adoptar un tono más formal.
Tema
Normalmente, se relacionan los temas más generales con un registro del idioma estándar. Por el contrario, entendemos que, cuanto más específico es el tema del que se habla, es más posible que aparezcan registros especializados en la conversación. Cuando dos especialistas hablan de meteorología, es normal que se utilicen términos propios de esta ciencia. Pero cuando hablamos del tiempo que hace con nuestro vecino, por el contrario, utilizamos un lenguaje mucho más común.
Propósito o intención comunicativa del emisor
Sabemos que el lenguaje nos permite realizar actividades muy distintas: informar, opinar, explicar, expresar sentimientos, crear ambientes de cordialidad o de hostilidad, etcétera. La intención que rige la emisión del mensaje influye de forma notoria en que, a lo largo de la misma, se desarrolle un registro u otro. Si alguien empieza a hablar utilizando un registro coloquial, por ejemplo, contribuirá a que se forme un clima distendido, en el que su interlocutor o interlocutores se sientan cómodos y dispuestos a intervenir en la conversación. En cambio, si alguien se dirige a otra persona utilizando un lenguaje marcadamente formal, probablemente la otra parte no se sienta tan impulsada a dar su opinión, y no se sienta tan relajada.
Relación emisor-receptor
Esta es, sin la menor duda, la condición que más condiciona la utilización de un registro u otro. Los usos conversacionales resultan adecuados cuando tratamos con personas con las que mantenemos una relación cercana, de igualdad. Por ejemplo: con amigos, con familiares, con compañeros de clase, etcétera. Pero, cuando nos encontramos en una situación de inferioridad jerárquica, bien sea por razones de edad o de situación profesional, emplearemos, casi con total seguridad, un registro más formal, tratando de mostrar nuestro respeto y cortesía por la otra persona.
Otras variedades lingüísticas
En sociolingüística se utilizan además,
y entre otros, los siguientes términos, para designar, dentro de variedad
lingüística, formas del habla que no son compartidas por el conjunto de los
hablantes de un idioma o dialecto:
•Cronolecto,
variedad de un idioma o de un dialecto geográfico usada por un grupo etario,
los cronolectos (especialmente entre los adolescentes) suelen tener
características argotales. Los cronolectos más estudiados son el lenguaje
infantil y el juvenil. En situaciones de cambio lingüístico, los cronolectos de
diferentes grupos de edad pueden diferir bastante en rasgos que están en
proceso de cambio.
•Ecolecto,
variedad de un idioma o dialecto utilizada por un número muy reducido de
personas (por ejemplo, los miembros de una familia, de un grupo de amigos).
•Etnolecto,
variedad hablada por los miembros de una etnia, término muy poco utilizado, ya
que, por lo general, se trata de un dialecto geográfico.
•Geolecto,
variedad de una lengua o dialecto hablada en una zona geográfica muy
determinada, y sólo en esa zona. Por ejemplo el pixueto, dialecto del asturiano
que sólo se habla en la villa de Cudillero, o el monegasco dialecto de la
lengua provenzal, que sólo se utiliza en el Principado de Mónaco.
•Ideoléxico,
variedad moldeada de acuerdo a alguna ideología. El idioléxico más estudiado
es, probablemente, el lenguaje políticamente correcto.
•Idiolecto,
variedad de la lengua hablada por una persona, es decir, el término se refiere
al conjunto de peculiaridades que una persona usa sistemáticamente y en la que
difiere del uso de los miembros de su comunidad lingüística.
•Lengua
sagrada, algunas etnias como
los dogones, pueblo establecido en Malí y Burkina Faso (África), tienen dos
lenguas, una de uso cotidiano y otra, secreta, para las ceremonias religiosas.
•Sexolecto,
conjunto de particularidades del habla, propias de los hombres o de las
mujeres.
•Sociolecto,
conjunto de particularidades del habla típicas de una clase o de un estrato
social.
•Tecnolecto,
conjunto de palabras y locuciones propias del lenguaje profesional.
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