Aminta Mundaca fué
la mujer encargada de enseñarme CASTELLANO en la nubelosa época
de
la segunda mitad
de mi educación
básica;
recuerdo su caligrafía
que, entre la luz matutina y el verde de la pizarra,
colmaba esas dos
horas académicas de 45 minutos c/u
de una belleza...*
no no,
de clase; si:
de clase dentro de
la clase,
tanto
como una mujer
fascista, criada en el barrio alto de la dictadura bajo el ala de la elegancia
vasca
sabe hacer.
diablos, hay que
describirla)
Entre todo eso,
entonces,
cuando primavera y
los cerezos en el primer patio,
Aminta Mundaca
llegaba con sus faldas
y sus blusas
cosidas a mano,
católicamente
translúcidas,
donde algo místico
se escondía;
y entre sus
arrugas y su perfume que aún estremece cuando en el metro la desconocida,
y en esas manos
tan delgadas y elocuentes,
sutílmente se
aparecía el fantasma de sus mid twenties
cuando el sol pasaba
por su anillo de diamante gigante falso (?)
en algún
movimiento random de su mano por el aire,
y los colores del
arcoiris te encandilaban:
solo quedaban sus
piernas,
un slow motion de
lo más cursi y erótico a los 80's en los 90's
que nosotrótos
amábamos,
como cuando uno
ama una maldad
inquietante que te
hacer obsesivamente
usar rojo en la
mayúsculas
y dividir tus
documentos en secciones, con subrayados y
colores
diferenciadores, para ejercicios lomismoque conjuros oscurantistas
invocaciones
pálidas de tiza y su sonido,
conjugaciones de
verbos que nunca aprendí,
que aún no
aprendo,
y la gramática
madre odessa oh piedad,
déjame ser poeta
por favor.
y no Aminta, no
quiero estudiarlo,
no quiero dar bien
el exámen verbal
"conjugaciones
del pasado en todos sus modos",
no quiero la misma
aprobación que le das a todos
no quiero tu
sonrisa si no tendré tus piernas.
Ahora debe estar
vieja, y fea
aunque seguramente
sus pezones aún gozan
de buena salud.
¿Qué pensará ella
ahora tan cerca de la muerte?
¿habrá visto la
tendencia a la perdición absoluta que reflejo?
Estoy nervioso
Aminta.
El poema se me fue
a la mierda.
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